Colocamos un cazo a fuego medio y añadimos 50 gramos de azúcar y 75 gramos de agua. Cuando el azúcar este totalmente disuelto ya tenemos listo el almíbar.

En primer lugar, vamos a preparar la masa del bizcocho, para ello cascamos tres huevos en un bol.

Añadimos una 'medida de yogur' de azúcar a los huevos y mezclamos bien la masa con unas varillas (si dispones de varillas eléctricas ahorraras mucho tiempo). 

A continuación, añadimos una medida de yogur de aceite de oliva a la masa y removemos bien hasta que se integren todos los ingredientes.

Añadimos un yogur de limón e incorporamos con unas varillas batiendo la mezcla muy bien.

Ya hemos añadido todos los líquidos a la masa, únicamente nos falta añadir tres medidas de yogur de harina para aportarle consistencia a la masa. Removemos hasta incorporar la harina con el resto de ingredientes.

Con la masa del bizcocho lista, vamos a proceder a hornearlo. Colocamos papel pergamino en la parte inferior de un molde de horno desmontable y vertemos la mitad de la masa.

Cocinamos la base de nuestro bizcocho en un horno precalentado a 180º Celsius o 356º Fahrenheit, a una altura media y con calor arriba y abajo. Lo horneamos unos 10 minutos o hasta que se dore ligeramente.

Ahora vamos a preparar la crema de limón de nuestra tarta. Para ello, añadimos a una sarten cuatro huevos, 250 gramos de azúcar y una cucharada de maicena. Mezclamos bien todos los ingredientes.

Añadimos a la mezcla el jugo de un limón y 150 gramos de agua, para que no se vuelva excesivamente acida. Si te gusta mas acida puedes regular las cantidades.

Colocamos la sarten a fuego medio y sin parar de remover, añadimos 125 gramos de mantequilla a temperatura ambiente. Cuando comience a espesar, la retiramos del fuego.

Con la crema de limón lista, la vertemos encima de la base de bizcocho que habíamos preparado previamente y la distribuimos uniformemente por toda la superficie.

Vertemos el resto de la masa de bizcocho encima de la crema con mucho cuidado y la distribuimos por toda la superficie.

Horneamos la tapa superior de nuestro bizcocho en un horno precalentado a 180º Celsius o 356º Fahrenheit, a una altura media y con calor arriba y abajo. Lo horneamos unos 13 minutos o hasta que se dore ligeramente.

Cuando el bizcocho este listo, lo sacamos del horno y lo dejamos reposar ligeramente. Una vez haya reposado, le hacemos agujeros al bizcocho por toda la superficie, con un palillo y barnizamos con una capa de almíbar. Esto le aportara aun mas jugosidad y se conservara mas días en perfecto estado.

Únicamente nos falta presentar nuestra tarta y disfrutar de su maravilloso sabor.

A mi, personalmente, me gusta decorarla con un poco de azúcar glace y unas hojitas de menta.

¡Buen provecho!