En primer lugar, debemos cortar el jamón en cuadrados (También podemos dividir las lonchas y ponerlas casi enteras, a gusto del consumidor)

Una vez tengamos el jamón cortado, procedemos a cocinarlo ligeramente a fuego medio, ya que terminaremos la cocción de este en el horno.

Con el jamón listo, procederemos a montar nuestra pizza. En primer lugar, cogemos una masa de pizza y le damos la forma que mas nos guste. Añadiremos un poco de salsa de pizza de nuestra preferencia y la extenderemos por toda la superficie de la masa, dejando los bordes sin salsa ya que, la masa se hinchara.

Con la salsa extendida sobre la base, procederemos a añadir una generosa cantidad de queso mozzarella a nuestra pizza, 75 gramos aproximadamente. Lo extenderemos uniformemente sobre la base

Con nuestro queso bien repartido por la superficie de la pizza, procederemos a añadir el jamón que previamente habíamos preparado. Lo extendemos uniformemente por toda la base de pizza.

Una vez hayamos extendido el jamón, añadiremos los 75 gramos de mozzarella restantes toda la base y unos 30 gramos de queso parmesano por encima. Intentaremos repartir uniformemente los quesos para que toda la pizza quede bien cubierta.

Una vez tengamos la pizza lista, la meteremos en el horno, previamente precalentado a 220º Celsius (428º Fahrenheit) con calor por arriba y por abajo, y con ventilador si nuestro horno dispone de el. Dejaremos que la pizza se cocine entre 8 y 10 minutos, dependiendo de nuestro horno.

Una vez haya transcurrido el tiempo de horneado, sacamos nuestra pizza del horno. Si vemos que el queso no se ha gratinado adecuadamente la dejaremos unos minutos mas.

Únicamente nos queda dividir la pizza en pedazos y disfrutar de nuestra deliciosa receta.

¡Buen provecho!