Las mejores recetas con pollo: fáciles, ricas y económicas

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¿Te gusta el pollo pero no sabes cómo prepararlo de forma diferente y deliciosa? ¿Quieres conocer las mejores recetas con pollo fáciles y económicas que puedes hacer en casa? Entonces este artículo es para ti. Te mostramos una selección de platos con pollo que te sorprenderán por su sabor, su variedad y su facilidad. Desde recetas tradicionales como el pollo al horno o el pollo al ajillo, hasta recetas internacionales como el pollo tikka masala o el pollo teriyaki. Todas ellas son recetas con pollo sencillas, rápidas y baratas que harán las delicias de toda la familia. No te pierdas este artículo y descubre cómo cocinar el pollo de forma original y saludable. ¡Te encantará!

El pollo es una de las carnes más consumidas y versátiles del mundo. Se puede preparar de muchas formas diferentes, desde asados, fritos, guisados, hasta en sopas, ensaladas, croquetas o hamburguesas. Pero, ¿sabes cuál es el origen de las recetas con pollo y cómo se han ido difundiendo por las diferentes culturas?

El pollo es una especie que se domesticó hace más de 4000 años en la India, según algunos estudios. Desde allí se extendió a China, donde se convirtió en un ingrediente fundamental de su gastronomía. El pollo asado era uno de los platos preferidos del rey Ricardo Corazón de León en el siglo XII, y en la Europa de esa época era un plato exclusivo. Los romanos también lo introdujeron en su cocina y lo llevaron a otras regiones como Hispania o Galia.

Con el descubrimiento de América, el pollo se expandió por el continente americano, donde se mezcló con los ingredientes locales como el maíz, el tomate, el chile o el cilantro. Así surgieron platos típicos como el mole poblano de México, el sancocho de Colombia o el ajiaco de Cuba.

El pollo también llegó a África, donde se adaptó a las especias y los sabores de cada zona. Algunos ejemplos son el pollo yassa de Senegal, el pollo piri piri de Mozambique o el pollo al curry de Sudáfrica.

En el siglo XX, el pollo se popularizó gracias a la industrialización y la mejora de las técnicas de cría y conservación. Se convirtió en un alimento básico, barato y nutritivo, que se podía encontrar en cualquier parte del mundo. Además, se crearon nuevas recetas con pollo que se hicieron famosas, como los nuggets de pollo, inventados por el profesor Robert C. Baker en la década de los 50, o el pollo frito estilo Kentucky, creado por el coronel Harland Sanders en los años 30.

Hoy en día, el pollo sigue siendo una carne muy apreciada y versátil, que se puede preparar de mil maneras diferentes. Es una fuente de proteínas, vitaminas y minerales, que además tiene poca grasa y colesterol. El pollo es una carne que forma parte de nuestra historia y nuestra cultura gastronómica, y que nos ofrece un sinfín de posibilidades culinarias. ¿Cuál es tu receta con pollo favorita?

Descubre la deliciosa historia detrás de la receta de Chow Mein de Pollo Yakisoba, una fusión irresistible de sabores orientales y técnicas culinarias. Preparar el Chow Mein de Pollo Yakisoba es sencillo y rápido, ideal para aquellos días en los que quieres disfrutar de una comida casera sabrosa sin invertir demasiado tiempo en la cocina.

Preparación de chow mein de pollo yakisoba

1. En un bol, mezcla el pollo con un poco de salsa de soja, sal, ajo en polvo, cebolla en polvo y pimienta negra. Deja macerar en la nevera durante media hora.
2. En otro bol, mezcla todos los ingredientes de la salsa yakisoba y deja reposar en la nevera durante 20 minutos.
3. Cuece los fideos de arroz en agua hirviendo con sal durante dos o tres minutos, escúrrelos y reserva con un poco de aceite.
4. En una sartén grande o un wok, saltea el pollo a fuego alto con un poco de aceite hasta que esté dorado por fuera, pero no del todo hecho por dentro. Retira y reserva.
5. En la misma sartén, saltea las verduras a fuego medio-alto con un poco de aceite, sal y el ajo picado. Cocina hasta que estén al dente y retira.
6. Añade los fideos a la sartén y saltea con un poco de aceite y sal. Agrega la mitad de la salsa yakisoba y mezcla bien.
7. Incorpora el pollo y las verduras con sus jugos y añade el resto de la salsa. Mezcla todo bien y cocina hasta que el pollo esté hecho y los sabores se integren.
8. Sirve caliente y disfruta de tu yakisoba casero.

¿Te gustan los platos de la cocina japonesa? Entonces no puedes perderte esta receta de Pollo Teriyaki, una de las más populares y deliciosas de la gastronomía nipona. Hoy en día, el Pollo Teriyaki es apreciado por su sabor irresistiblemente sabroso y su combinación de texturas tiernas y crujientes. Es una opción saludable, ya que el pollo es una fuente de proteínas magras, y la salsa teriyaki puede personalizarse según las preferencias individuales.

Preparación de pollo teriyaki

1. Salpimenta el pollo y saltea en una sartén grande a fuego fuerte con un poco de aceite hasta que esté dorado por fuera. Retira y reserva.
2. En la misma sartén, saltea los champiñones con un poco de aceite y sal hasta que estén tiernos y tostados. Retira y reserva.
3. Añade el pollo y los jugos que haya soltado a la sartén junto con un chorro de salsa teriyaki. Baja el fuego y cocina durante unos 10 minutos, removiendo de vez en cuando, hasta que la salsa se reduzca y glasee los ingredientes.
4. Sirve el pollo teriyaki con champiñones acompañado de arroz basmati cocido. Decora con unas semillas de sésamo o unas hojas de cilantro si te gusta.

Si te gustan las alitas de pollo, no puedes perderte esta receta que te traemos hoy. Se trata de unas alitas de pollo con soja y miel, una combinación de sabores dulces y salados que te hará disfrutar de cada bocado. Además, son muy fáciles de hacer en el horno, con una salsa que las deja jugosas y crujientes.

Preparación de alitas de pollo con soja y miel

1. En un bol, mezcla todos los ingredientes del macerado y reserva.
2. Salpimenta las alitas y pincélalas con el macerado. Deja reposar en la nevera durante una hora o toda la noche.
3. Precalienta el horno a 200ºC y cubre una bandeja con papel mantequilla.
4. Coloca las alitas en la bandeja y pincélalas con más macerado. Hornea durante 10 minutos.
5. Saca las alitas, dales la vuelta y pincélalas otra vez. Hornea durante 5 minutos más.
6. Repite el paso anterior una vez más.
7. Sube la temperatura del horno a 220ºC y pon el modo grill. Coloca la bandeja cerca del grill y hornea durante 5 minutos más, vigilando que no se quemen.
8. Saca las alitas, déjalas reposar 5 minutos y sírvelas con el macerado que haya quedado en la bandeja.

¿Te gustan las tiras de pollo KFC? ¿Quieres aprender a prepararlas en casa con ingredientes sencillos y económicos? En este artículo te enseñamos cómo hacer unas deliciosas tiras de pollo crujientes y jugosas, siguiendo los pasos de la famosa cadena de comida rápida. Además, te damos algunos consejos para que queden perfectas y puedas disfrutarlas con tu salsa favorita.

Preparación de tiras de pollo KFC

1. En un bol, bate los huevos con la leche, la cebolla en polvo, la mostaza en polvo, el ajo en polvo, el orégano, la sal y la pimienta. Añade el pollo y mezcla bien. Cubre con papel film o una tapa de silicona y deja macerar en la nevera durante una hora o toda la noche.
2. En una bolsa zip, mezcla la maicena, la harina y las especias. Añade un poco del macerado del pollo y agita bien para formar grumos.
3. Saca el pollo del macerado y pásalo por la bolsa con el rebozado, presionando para que se adhiera bien.
4. Calienta abundante aceite en una olla a fuego fuerte hasta que alcance los 170ºC. Puedes usar un termómetro de cocina para medir la temperatura.
5. Fríe el pollo por tandas durante unos cinco minutos, bañándolo con una cuchara, hasta que esté dorado y crujiente.
6. Escurre el pollo sobre papel absorbente y sírvelo caliente.

¿Te gustan los platos de comida rápida? ¿Quieres aprender a preparar un wrap de pollo estilo twister de KFC en casa? En este artículo te enseñamos cómo hacer esta receta fácil y rápida, que hará las delicias de los amantes del pollo salteado y del frescor de los vegetales. Además, te damos algunos consejos para que quede perfecto y puedas variarlo según tus gustos.

Preparación de wrap de pollo estilo twister KFC

1. En un bol, bate el huevo con la leche, la cebolla en polvo, la mostaza en polvo, el ajo en polvo, el orégano, la sal y la pimienta. Añade el pollo y mezcla bien. Cubre con papel film o una tapa de silicona y deja macerar en la nevera durante una hora o toda la noche.
2. Extiende un poco de mayonesa sobre cada tortilla y espolvorea un poco de pimienta.
3. Calienta un poco de aceite en una sartén a fuego alto y saltea el pollo hasta que esté dorado y cocido.
4. Reparte el pollo sobre las tortillas, añade la lechuga y el ketchup al gusto.
5. Enrolla las tortillas formando los wraps y tuesta ligeramente por ambos lados en la misma sartén.
6. Sirve los wraps calientes y disfruta.

Las fajitas de pollo son uno de los platos más populares y sabrosos de la comida mexicana. Se trata de unas tortillas de maíz o de trigo rellenas de pollo marinado y salteado con pimientos, cebolla y especias. Las fajitas de pollo son muy fáciles de preparar y se pueden personalizar con los ingredientes que más te gusten. Además, son una opción saludable y nutritiva, ya que el pollo es una fuente de proteína magra y las verduras aportan vitaminas, minerales y fibra.

Preparación de fajitas de pollo

1. En un bol, bate el huevo con la leche, la salsa de soja, el tomillo, el orégano, el comino, el ajo en polvo, la cebolla en polvo, la sal y la pimienta. Añade el pollo y mezcla bien. Cubre con papel film o una tapa de silicona y deja macerar en la nevera durante una hora o toda la noche.
2. En otro bol, mezcla los tomates, el cilantro, el limón, el chile y la sal para hacer la salsa mexicana. Reserva en la nevera hasta el momento de servir.
3. Calienta un poco de aceite en una sartén a fuego medio-alto y saltea el pollo con los pimientos, la cebolla y el ajo hasta que estén tiernos y dorados.
4. Calienta las tortillas ligeramente en otra sartén a fuego medio o en el microondas.
5. Rellena las tortillas con el pollo y los vegetales, añade la salsa mexicana al gusto y enrolla las fajitas.
6. Sirve las fajitas calientes y disfruta.

¿Quieres disfrutar de una pizza casera diferente y deliciosa? En esta página te enseñamos cómo hacer una pizza de pollo con pimientos, una receta fácil, rápida y económica que te sorprenderá. Solo necesitas una masa de pizza casera, pollo, pimientos, cebolla, queso y salsa de tomate.

Preparación de pizza de pollo con pimientos

1. En un bol, mezcla el pollo con un poco de salsa de soja, tomillo, orégano, comino, ajo en polvo, cebolla en polvo, sal y pimienta. Deja marinar en la nevera durante una hora o toda la noche.
2. Precalienta el horno a 220ºC y extiende la masa de pizza sobre una bandeja con papel mantequilla.
3. Esparce la salsa de pizza sobre la masa, dejando un borde sin cubrir.
4. Calienta un poco de aceite en una sartén a fuego medio-alto y saltea el pollo con los pimientos, la cebolla y el ajo hasta que estén tiernos y dorados.
5. Reparte el pollo y los vegetales sobre la salsa de pizza y espolvorea el queso mozzarella y el queso parmesano por encima.
6. Hornea la pizza durante unos 15 o 20 minutos, hasta que el queso se gratine y la masa se dore.
7. Corta la pizza en porciones y sírvela caliente.

La pizza es uno de los platos más populares y versátiles del mundo. Hay pizzas para todos los gustos y ocasiones, desde las más clásicas hasta las más originales y creativas. Una de las pizzas que más éxito tiene es la pizza barbacoa, una variante de la pizza con salsa de tomate que lleva salsa barbacoa, queso, carne y cebolla. Si quieres aprender a hacer una pizza barbacoa casera, fácil y rápida, estás en el lugar adecuado.

Preparación de pizza barbacoa

1. La pizza barbacoa es una de las más populares y sabrosas que existen. Se caracteriza por llevar una salsa barbacoa, que le da un toque dulce y ahumado, y una combinación de ingredientes como pollo, carne picada, cebolla, maíz y queso. Es una pizza muy fácil de hacer en casa, solo necesitas unos pocos ingredientes y un horno.
2. Para hacer la masa de pizza, puedes usar una receta casera o comprarla ya hecha. Lo importante es que la estires bien y la pinches con un tenedor para que no se hinche al hornearla. Luego, solo tienes que untarla con salsa barbacoa y añadir el resto de ingredientes por encima. Te recomiendo que uses una salsa barbacoa de buena calidad, que tenga un sabor equilibrado entre dulce y salado.
3. Para el relleno, puedes usar pollo cocido o asado, que cortarás en trozos pequeños. También puedes hacer unas albóndigas con carne picada mixta, que saltearás en una sartén con un poco de aceite. La cebolla la cortarás en juliana y la freirás hasta que esté tierna. El maíz lo escurrirás bien y lo repartirás por toda la superficie. Por último, añadirás queso mozzarella y queso parmesano rallados, que le darán un toque cremoso y gratinado.
4. Para hornear la pizza, debes precalentar el horno a 220ºC durante 5 minutos. Luego, introducirás la pizza y la dejarás unos 15 minutos o hasta que esté dorada y crujiente. Puedes servirla con una ensalada verde o unas patatas fritas. Verás como te sorprende el sabor de esta pizza barbacoa casera, fácil y deliciosa.

¿Te apetece un plato de pollo al ajillo con patatas al horno? Esta receta es fácil, rápida y muy sabrosa. El pollo al ajillo es un clásico de la cocina española, que se prepara dorando el pollo con mucho ajo y vino. Las patatas al horno son el acompañamiento ideal, ya que se cocinan con el jugo del pollo y el ajo. Sigue los pasos de esta receta y disfruta de un plato de pollo al ajillo con patatas al horno delicioso.

Preparación del pollo al ajillo

1. En primer lugar, debemos pelar las patatas y cortarlas en rodajas de medio centímetro aproximadamente. De este modo, tienen el grosor adecuado para que queden un poco crujientes por fuera y jugosas por dentro.
2. A continuación, pelaremos y cortaremos la cebolla en juliana o en pedazos medianos. También debemos pelar el ajo y prensarlo o picarlo finamente para realizar el majado posterior.
3. Con los vegetales cortados, procedemos a sazonar el pollo por ambas caras con un poco de ajo en polvo, un poco de pimienta recién molida y una pizca de sal.
4. En un mortero, añadimos unos 4 dientes de ajo y un poco de perejil picado, junto con un poco de sal gorda. Con todo bien machacado, añadimos un buen chorro de aceite de oliva y un chorro pequeño de vinagre.
5. En primer lugar, meteremos las patatas, junto con la cebolla. Ya que, tardan en cocinarse mas tiempo que el pollo. Colocamos ambos ingredientes en una bandeja de horno y sazonamos con sal y pimienta. Añadimos un chorro de aceite y las metemos al horno previamente precalentado a 200º Celsius (392º Fahrenheit) a una altura media durante 10 minutos.
6. Una vez transcurridos los 10 minutos de horneado, despegamos las patatas de la bandeja en caso de que sea necesario y añadimos un chorrito de vino blanco para añadir mas sabor a la receta.
7. Añadimos los cuartos traseros a la bandeja con las patatas y la cebolla. Pincelamos la mitad del majado que habíamos hecho previamente sobre el pollo. Debemos colocarlos con la parte de la piel hacia abajo. Metemos la bandeja al horno con la misma temperatura, a una altura alta durante 10 minutos.
8. Una vez transcurridos los 10 minutos de cocción, volteamos los cuartos traseros y los pincelamos con el resto del majado por la cara de la piel. Metemos la bandeja al horno con la misma temperatura, a una altura alta durante 15 minutos mas, añadiendo un poco de agua y vino por encima del pollo si vemos que esta muy seca la bandeja.
9. Transcurrido el tiempo de horneado, ya tenemos lista nuestra receta. Si nos gusta la piel mas tostada podemos subir la temperatura del horno un poco mas y meterlos durante 5 minutos para conseguir el tostado de la piel.

La carne de pollo es una de las más consumidas en el mundo, y no es para menos. Se trata de un alimento rico en proteínas, bajo en grasas y con un sabor suave y versátil que se adapta a cualquier receta. Además, la carne de pollo tiene beneficios y propiedades para la salud que la convierten en un aliado para el bienestar. ¿Quieres conocerlos? Te los contamos a continuación.

La proteína es un nutriente esencial para el desarrollo y mantenimiento de los músculos, los huesos, la piel y el cabello. También ayuda a regular el metabolismo, a fortalecer el sistema inmunitario y a saciar el apetito. La carne de pollo aporta unos 20 gramos de proteína por cada 100 gramos de porción comestible, y solo tiene un 10% de grasa, la mayoría insaturada y beneficiosa para el corazón. Además, su grasa se concentra en la piel, que se puede retirar fácilmente antes o después de cocinarla. La carne de pollo es también fácil de digerir, por lo que se recomienda para niños, ancianos y personas con problemas digestivos.

Entre las vitaminas, destaca la niacina o vitamina B3, que interviene en el metabolismo de las grasas y los azúcares, y ayuda a mantener las células sanas. También contiene otras vitaminas del grupo B, como la B6, la B12 o el ácido fólico, que participan en la formación de glóbulos rojos, el funcionamiento del sistema nervioso y la prevención de anemias. Entre los minerales, sobresalen el fósforo, el magnesio, el potasio y el zinc, que contribuyen al equilibrio del pH, la salud ósea, la regulación de la presión arterial y la cicatrización de las heridas.

Esto se debe a que contiene un aminoácido llamado triptófano, que favorece la producción de serotonina, un neurotransmisor que regula el estado de ánimo, el sueño y el apetito. El triptófano también ayuda a relajar los músculos y a reducir el estrés. Por eso, consumir carne de pollo puede mejorar el ánimo y combatir la depresión.

Gracias a su contenido en selenio, un mineral con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, la carne de pollo puede proteger al organismo de los daños causados por los radicales libres, que son moléculas que aceleran el envejecimiento celular y favorecen el desarrollo de enfermedades crónicas. El selenio también estimula la producción de glóbulos blancos, que son las células encargadas de combatir las infecciones y los agentes patógenos.

Al ser baja en grasas saturadas y colesterol, la carne de pollo ayuda a prevenir la acumulación de placas de ateroma en las arterias, que pueden obstruir el flujo sanguíneo y provocar infartos o accidentes cerebrovasculares. Además, al contener ácidos grasos omega 3 y omega 6, especialmente si proviene de pollos criados al aire libre o alimentados con pienso vegetal, la carne de pollo favorece la reducción del colesterol malo (LDL) y el aumento del colesterol bueno (HDL), así como la disminución de los triglicéridos y la presión arterial.

Como ves, la carne de pollo tiene muchos beneficios y propiedades para la salud que no debes pasar por alto. Es una carne magra, nutritiva y deliciosa que puedes incluir en tu dieta habitual sin problemas. Eso sí, recuerda elegir cortes magros como la pechuga, retirar la piel y cocinarla con métodos saludables como el horno, la plancha, el vapor o el guiso. Así podrás disfrutar de todo el sabor y la calidad de la carne de pollo sin añadir calorías ni grasas innecesarias. ¿A qué esperas para probarla?